1. Las infraestructuras no proponen edificios concretos en
lugares dados, sino la construcción del lugar mismo. Las
infraestructuras preparan el terreno para construcciones
futuras, así como las condiciones para futuros eventos. Sus
principales modos de operación son: 1) La división, asignación y
construcción de superficies; 2) La provisión de servicios para
sustentar futuros programas; 3) El establecimiento de redes de
movimiento, comunicación e intercambio. El medio propio de las
infraestructuras es la geografía.
2. Las infraestructuras son flexibles y anticipatorias. Operan
en el tiempo y están abiertas al cambio. Al especificar lo que
debe quedar fijo y lo que está sujeto a cambio, las
infraestructuras pueden ser a un tiempo especificas e
indeterminadas. Trabajan por medio del gobierno y el cultivo,
transformándose lentamente para adaptarse a condiciones
cambiantes. No progresan hacia un estado predeterminado (tal y
como ocurre con las estrategias de los planes generales), pero
evolucionan constantemente dentro de un impreciso envoltorio de restricciones.
3. La obra de infraestructura reconoce la naturaleza colectiva
de la ciudad, y permite la participación de múltiples autores.
Las infraestructuras proporcionan una dirección para obras
futuras no a través de la implementación de normas y códigos
(desde arriba hacia abajo), sino fijando puntos de conexión,
acceso y estructura a los servicios (desde abajo hacia arriba).
Las infraestructuras crean un campo controlado en el cual
distintos arquitectos y diseñadores pueden contribuir, pero
dentro de determinados límites técnicos e instrumentales. Las
infraestructuras, en sí mismas, operan estratégicamente, pero
dan pie a la improvisación táctica.
4. Las infraestructuras encuentran acomodo para las variaciones
locales sin perder la continuidad general. En el diseño de
autopistas, puentes, canales y acueductos, por ejemplo, existe
un amplio catálogo de estrategias para absorber irregularidades
del terreno (codos, viaductos, esclusas, etc.), las cuales se
emplean con imaginación para acomodar condiciones existentes sin alterar la continuidad funcional. Sin embargo conviene destacar
que, por defecto, la característica de las infraestructuras es
la regularidad -en el desierto la autopista es recta. Las
infraestructuras son, por encima de todo, pragmáticas.
Despreocupado por la regularidad (ideal) o por la irregularidad
(disyuntiva), el diseñador de infraestructuras es libre de
emplear cualquiera estrategia aplicable a la circunstancia
particular.
5. Aunque estáticas en sí mismas, las infraestructuras organizan
y dirigen sistemas complejos de flujos, movimientos e
intercambio. No sólo proporcionan una red de caminos, sino
también una serie de controles que regulan el flujo a través de
esclusas, pasos y válvulas. Por tanto, es un error pensar de un
modo utópico, que las infraestructuras permiten obtener nuevas
cotas de libertad, o que hay una posibilidad de obtener una
ganancia neta por medio de nuevas redes. Lo que parece crucial
es la cantidad de juego introducido en el sistema: ranuras sin
ocupar, espacio libre para desarrollos no anticipados. Esto
también introduce la cuestión de la descripción formal de los
sistemas de infraestructuras: las infraestructuras tienden a ser
jerárquicas y arbóreas; sin embargo hay efectos de escala -un
efecto de capilaridad cuando los elementos son muy numerosos y
muy pequeños- y efectos de sinergia, cuando los sistemas se
superponen provocando el intercambio, tendiendo a producir
conjuntamente condiciones de campo que operan en contra de una
descripción exclusivamente lineal o vectorial de las infraestructuras.
6. Las infraestructuras operan como las ecologías artificiales.
Dirigen los flujos de energía y los recursos de un determinado
lugar, controlando la densidad y la distribución del hábitat.
Crean las condiciones necesarias para responder a los ajustes
diferenciales de los recursos disponibles, modificando el
estatus de habitación como respuesta a las condiciones
cambiantes del entorno.
7. Las infraestructuras permiten el diseño detallado de
elementos tipo, o de estructuras repetitivas, facilitando la
aproximación al urbanismo. En lugar de desplazarse a través de
las escalas de lo general a lo específico, el diseño de las
infraestructuras comienza por la delineación precisa de
elementos particulares dentro de límites específicos. A
diferencia de otros modelos (sistemas de planeamiento o normas
tipológicas, por ejemplo), que tienden a esquematizar y
controlar la forma arquitectónica, operando por medio de la
prohibición, los límites del diseño arquitectónico en los
sistemas de infraestructuras son técnicos e instrumentales. En
el urbanismo de las infraestructuras la forma cuenta, pero más
por lo que hace posible que por su apariencia.
Stan Allen. Diciembre de 1997.