miércoles, 30 de octubre de 2019

viernes, 11 de octubre de 2019

Cuando las imágenes tocan lo real

Testuen irakurketarekin aurrera zoazten haientzako astebururako gomendio bat uzten dizuegu. Berriz erreskatatzen dugu Didi-Huberman, kasu honetan IRUDIA (erretzen gaituen irudia) eta iruditeria edo imaginazioari buruz testu ia poetiko zien ederra utziz...

https://www.macba.cat/uploads/20080408/Georges_Didi_Huberman_Cuando_las_imagenes_tocan_lo_real.pdf



Porque la imagen es otra cosa que un simple corte practicado en el mundo de los aspectos visibles. Es una huella, un rastro, una traza visual del tiempo que quiso tocar, pero también de otros tiempos suplementarios fatalmente anacrónicos, heterogéneos entre ellos que no puede, como arte de la memoria, no puede aglutinar. Es ceniza mezclada de varios braseros, más o menos caliente.
En esto, pues, la imagen arde. Arde con lo real al que, en un momento dado, se ha acercado (como se dice, en los juegos de adivinanzas, “caliente” cuando “uno se acerca al objeto escondido”). Arde por el deseo que la anima, por la intencionalidad que la estructura, por la enunciación, incluso la urgencia que manifiesta (como se dice “ardo de amor por vos” o “me consume la impaciencia”). Arde por la destrucción, por el incendio que casi la pulveriza, del que ha escapado y cuyo archivo y posible imaginación es, por consiguiente, capaz de ofrecer hoy. Arde por el resplandor, es decir por la posibilidad visual abierta por su misma consumación: verdad valiosa pero pasajera, puesto
que está destinada a apagarse (como una vela que nos alumbra pero que al arder se destruye a sí misma). Arde por su intempestivo movimiento, incapaz como es de detenerse en el camino (como se dice “quemar etapas”), capaz como es de bifurcar siempre, de irse bruscamente a otra parte (como se dice “quemar la cortesía”; despedirse a la francesa). Arde por su audacia, cuando hace que todo retroceso, que toda retirada sean imposibles (como se dice “quemar las naves”). Arde por el dolor del que proviene y que procura a todo aquel que se toma tiempo para que le importe. Finalmente, la imagen arde por la memoria, es decir que todavía arde, cuando ya no es más que ceniza: una forma de decir su esencial vocación por la supervivencia, a pesar de todo.
Pero, para saberlo, para sentirlo, hay que atreverse, hay que acercar el rostro a la ceniza. Y soplar suavemente para que la brasa, debajo, vuelva a emitir su calor, su resplandor, su peligro. Como si, de la imagen gris, se elevara una voz: “¿No ves que ardo?”.

Datorren asteko ematea

Gogoratu datorren asteko ostiralean ematea daukagula...
beraz, programan agertu bezela, asteazkenean erreferentzia bat edo biren azalpena egingo dugu gero zuen lanen errepasoa egiteko eta ostiralean URRIAK 18:

EMATEA: (11:30tatik 11:45tara panelak paretan jartzeko tartea izango duzue)
DINA0 panela eta maketa.  Oraingoan, aurreko estrategien garapena aurkeztuko duzue non programak jada txertatuta eta dimentsionatuta agertuko diren. 
Panelean diagnosia, atlasa eta estrategiak agertuko dira.

asteburu on!

miércoles, 9 de octubre de 2019

Gaurko testuak

Gaurko klasean ikusi ditugun testuak:

http://www.javierseguidelariva.com/publicaciones/Articulos/DibujarProyectar%20HJ/X_Articulo%20ponencias%202007.pdf

https://www.campobaeza.com/wp-content/uploads/2017/08/Proyectar-es-investigar-MPAA9.pdf

Dena da arkitektura

Enuntziatuan duzuen Hans Holleinen testua gaztelaniaz uzten dizuegu:

“El hombre crea condiciones artificiales; eso es la arquitectura. El hombre repite, transforma y expande física y psíquicamente sus esferas físicas y psíqui­cas; crea ‘entornos’ en su sentido más amplio.
Utiliza los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades y alcanzar sus sueños; expande su cuerpo y su mente: se comunica.
La arquitectura es un medio de comunicación. El hombre forma parte de una sociedad al tiempo que exalta su individualismo. Esta doble condición determina su comportamiento. Desde su estado más primitivo, el hombre ha buscado medios para su expansión mental, los cuales a su vez han evolucionado constantemente.
El hombre posee un cerebro; los sentidos son la base para la percepción del medio que le rodea. Los recursos para la definición y la creación del todavía ansiado mundo se basan en la expansión de los sentidos.
Estos son los medios de comunicación de la arquitectura entendida en su más amplio sentido. Para ser más espe­cíficos, podrían formularse los siguientes roles y definicio­nes para el término ‘arquitectura':
La arquitectura es ritual; es etiqueta, símbolo, signo y expresión.
La arquitectura es el control de la temperatura corporal, es protección y abrigo.
La arquitectura es la caracterización del espacio, del entorno.
La arquitectura es un condicionante de los estados psicológicos.
Durante miles de años, tanto la protección de las incle­mencias meteorológicas como la transformación artificial de nuestro mundo fue materializada a través de la cons­trucción. Los edificios eran la expresión esencial del hombre, la imagen tridimensional de todo cuanto le era necesario: organización espacial, recinto protector, me­canismo e instrumento, medio físico y símbolo. La evolu­ción de la ciencia y la tecnología en una sociedad cam­biante, con sus necesidades y demandas, nos ha confrontado con realidades completamente diferentes de las que surgen nuevos medios de caracterización ambiental.
Además de la diversificación de los materiales de cons­trucción con la aparición de nuevos elementos o sistemas, y de las mejoras técnicas que puedan introducirse en los métodos tradicionales, surgirán medios intangibles para la creación espacial. No obstante, continuarán resolvién­dose multitud de situaciones de forma convencional, mediante la construcción, mediante la ‘arquitectura’. ¿No existen mejores respuestas que la ‘arquitectura’ en su sentido clásico?
A este respecto los arquitectos podrían aprender del desarrollo de estrategias militares. Si esta ciencia hubiera estado sujeta a la inmovilidad de la arquitectura y sus usuarios, estaríamos todavía construyendo murallas y torres. Por el contrario, la estrategia militar perdió interés por la construcción para concentrarse en nuevas posibi­lidades que satisficieran las expectativas planteadas.
Obviamente a nadie se le ocurre ya construir alcantari­llados con muro de fábrica o erigir observatorios astronó­micos de piedra (Jaipur). Los nuevos medios de comuni­cación como el teléfono, la radio o la televisión tienen hoy mucha más importancia. En la actualidad, un museo o una escuela pueden ser perfectamente reemplazados por estos medios. Los arquitectos debemos dejar de pensar exclusivamente en términos de ‘construcción’.
Se vislumbra un cambio que afecta a la importancia de ‘significado’ y ‘efecto’. La arquitectura tiene efectos. La forma en que se toma posesión de un objeto y se utiliza, adquiere relevancia. Un edificio puede ser interpretado únicamente en términos de ‘información’, y su mensaje puede ser recibido a través de los medios de comunicación (prensa, TV…). Dado que la mayor parte de la gente conoce la Acrópolis de Atenas o las Pirámides de Egipto por medios ajenos a la experiencia directa, resulta casi irrelevante la circunstancia de que existan en la realidad física. De hecho, su importancia radica en el efecto de esa información.
Un edificio podría ser una simple simulación.
Un ejemplo de la capacidad de los edificios para implementarse a través de los medios de comunicación es la cabina telefónica: una construcción de escala mínima extendida a escala global. Los cascos de los pilotos de aviones a reacción representan otro tipo de entorno aún más compacto y directamente relacionado con el cuerpo humano. A través de las telecomunicaciones, estos ex­panden sus sentidos y pueden establecer relación directa con multitud de lugares. La evolución de las cápsulas y los trajes espaciales conduce hacia una síntesis y hacia una formulación extrema de la arquitectura contemporá­nea. He aquí una ‘casa’ (mucho más perfeccionada que cualquier edificio] con un control total de las funciones corporales, la provisión de alimentos y la evacuación de residuos, combinada con una máxima movilidad.
El desarrollo de estas posibilidades físicas incita a pensar en posibilidades psíquicas de definición de ambientes. Una vez superada la necesidad de protección física, es posible sentir un nuevo tipo de libertad: el hombre podrá ser finalmente el centro de la creación de un entorno individualizado.
La ampliación de las herramientas arquitectónicas más allá de la mera tectónica y sus derivados condujo en primer lugar a experimentar con nuevas estructuras y materiales, especialmente con los procedentes de la industria del ferrocarril. La voluntad de transformar y transportar nuestro entorno tan rápida y fácilmente como fuera posible favoreció la toma en consideración de un amplio abanico de materiales y sistemas utilizados durante años en otros campos. De este modo, hoy encontramos una arquitectura ‘cosida’, de igual forma que encontramos una arquitectura ‘hinchable’. Sin embargo, se trata todavía de recursos materiales, de ‘materiales de construcción’.
Se ha experimentado poco el uso de medios inmateriales (luz, olor o temperatura) para caracterizar un entorno, un espacio.
De igual modo que los métodos existentes tienen vastos campos de aplicación, el uso del láser (la holografía) podría conducir a nuevas experiencias y crea­ciones. Finalmente, el empleo de fármacos y sustancias químicas para controlar la temperatura y las funciones corporales y para crear entornos artificiales apenas ha comenzado. Los arquitectos debemos dejar de pensar exclusivamente en términos de materialidad.
Liberada de los condicionantes técnicos del pasado, la arquitectura funcionará    más intensamente con cualidades espaciales y psicológicas. El proceso de ‘erección’ adquirirá un nuevo significado y los espacios tendrán propiedades hápticas, ópticas y acústicas, y contendrán efectos informativos a la vez que expresarán necesidades emocionales.
Una verdadera arquitectura de nuestro tiempo deberá redefinirse y expandir sus recursos. Muchos campos fuera de la construcción tradicional serán incorporados al dominio de la arquitectura, del mismo modo que la arqui­tectura y los arquitectos entrarán a formar parte de otros ámbitos.
Todos somos arquitectos. Todo es arquitectura.” (1)

(1) Hans Hollein, Todo es arquitectura, 1968.

martes, 1 de octubre de 2019

BIDAIA - OHARRAK

Bidaira zoaztenei bi ohar:

1_Autobusa ostegun gaueko 24:00tan aterako da eskolatik, beraz 15 minutu lehenago agertu zaitezte.
2_Bigarren diru sarrera - 65€ - egin ezazue aurreneko kontu berdinean eta deskripzio berdina jarriz.